1. Presentación de la buena práctica elegida.
El festival "Una mirada diferente" fue impulsado por el Centro Dramático Nacional desde 2013 hasta 2019. El Centro Dramático Nacional es el centro de producción y de creación teatral del INAEM (organismo autónomo pertneciente al Ministerio de Cultura) dedicado a la promoción y difusión de la dramaturgia española contemporánea.
Dentro de sus iniciativas, el festival "Una mirada diferente" nació con el objetivo de mejorar la visibilidad y la participación activa de los creadores con discapacidad en el marco profesional de las artes escénicas.
El festival se creó bajo el impulso de Ernesto Caballero, director del CDN durante este periodo, y con el comisariado de Miguel Cuerdo e Inés Enciso. Durante gran parte de este periodo tuve la suerte de formar parte del equipo de dirección del Centro, por lo que pude conocer de primera mano la experiencia de buenas prácticas que se desarrolló durante estos años.
2. Análisis del ámbito de la buena páctica.
Como he indicado, el festival quiso mejorr la visibilidad y profesionalización de los creadores con discapacidad dentro del marco de las Artes Escénicas en todas su facetas (interpretación, dirección escénica, dramaturgia, figurinismo, escenografía, artes del movimiento, producción, formación de personal de sala...).
Para lograr estos objetivos, el festival fue ampliando su campo de actuación tanto temporal como de formatos. Si inicialmente, dureante los primeros años, se centró exclusivamente en la exhibición de espectáculos que contaban con creadores con alguna discapacidad física, cognitiva o sensorial en un periodo determinado de tiempo muy acotado, posteriormente su ámbito de actuación se fue ampliando.
Por una parte, el Centro Dramático Nacional quiso ser productor, y no mero exhibidor, de los espectáculos que exhibía. Para ello, utilizó la fórmula de la coproducción, en colaboración con compañías privadas que ya estaban desarrollando un trabajo previo, como LaZona o Noviembre Teatro.
Posterimente se convirtió en el productor ejecutivo de varios espectáculos que se exhibieron en la temporada regular de los teatros María Guerrero y Valle-Inclán. En estos espectáculos se buscó la inclusión de estos colectivos tradicionalmente excluidos de la escena profesional (ya que la situación de partida inicial era que los creadores solían poder trabajar únicamente en la escena "amateur" o bien estar exclusivamente vinculados con asociaciones o fundaciones dedicados al sector de la discapacidad en exclusiva. Para lograr este objetivo, se intentaron formar equipos en lo que se conjugaran profesionales muy consolidados del sector con o sin discapacidad (como Laila Ripoll, Julián Fuentes Reta, Andrés Lima o Jesús Vidal) con otros profesionales con una trayectoria más discreta. Destacan, en ese sentido, producciones como "El amor no dura para siempre" o "Tribus".
Por otro lado, el Festival dio una gran importancia a la profesionalización en otros ámbitos vinculados con el hecho escénico, como la formación práctica del personal de sala, en colaboración con Plena Inclusión.
Además, se realizaron diversas publicaciones, en lectura fácil, de algunos de los proyectos realizados, como fue el caso del texto del espectáculo "Cáscaras vacías", dirigido por Laila Ripoll y Magda Labarga.
3. Impacto y resultados que ha tenido o tiene esa buena práctica.
A raíz del desarrollo durante estas seis ediciones del festival Una Mirada Diferente se normalizó, en gran medida, que creadores con alguna discapacidad pudieran formar parte de los equipos profesionales de los espectáculos teatrales o pudieran trabajar como personal de sala en los teatros.
Especialmente importante fue la normalización e inclusión de los colectivos con alguna discapacidad de tipo intelectual, así como discapacidades de tipo cognitivo o físico de tipo visual o auditivo. A raíz de este proyecto, creadores como Jesús Vidal, Ángela Ibáñez o Patty Bonet comenzaron a trabajar regularmente en los teatros públicos y privados. Por su parte, los espectadores integraron sin problemas que personas con distintas capacidades a las normativas pudieran ser parte de proyectos escénicos que no fueran de tipo benéfico o social.
4. ¿Qué puntos fuertes y qué debilidades consideras que tiene esta buena práctica?
Las mayores debilidades del Festival se evidenciaron en sus primeras ediciones, cuando su campo de acción estaba circunscrita a una periodo muy concreto de exhibición (que además era al final de temporada, casi en pleno verano, con las dificultades de afluencia de público que suponía). Este formato no era realmente inclusivo, ya que al etiquetarse como el festival para normalizar la discapacidad, de alguna forma se estaba "encapsulando" la misma, al no integrarse en la actividad regular de los teatros María Guerrero y Valle-Inclán.
Sus puntos fuertes se reforzaron durante las últimas ediciones, cuando su acción se extendió mucho más de la mera exhibición y el "festival" ya no fue tal, sino más bien una buena práctica vetebradora de toda la actividad del Centro Dramático Nacional. El festival se convirtió en un "acommpañante" de procesos de investigación, de formación y de creación, haciendo que "la mirada diferente" llegara a todos los campos de actuación del Centro. Y, afortunadamente, una vez que el proyecto oficialmente finalizó a finales de 2019, su campo de influencia se ha mantenido muy presente en el INAEM desde entonces, incluso tras varios cambios de dirección.
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